Parece ser que el cine nacional esta encontrando en las  plataformas ese reducto de plena producción que la distribución en salas le resulta tortuosa y esquiva. Según los números de Netflix, las producciones Argentinas son de lo mas visto en su plataforma, tanto en Latinoamérica como a nivel mundial.

Ahora la pregunta que surge es si esta vidriera a la que esta expuesta nuestro cine nacional es beneficiosa o no. A priori parece que si.

Y lo digo porque la última película de Schindel es bastante fallida. Si bien se destaca en sus aspectos técnicos (esto seguramente se debe a determinadas exigencias de producción por parte de Netflix), falla en su narrativa, en su tono y sobre todo en su casting.

Macarena Achaga y Diego Peretti

La eleccion de Macarena Achaga en uno de los protagónicos mas importantes y desde donde se establece uno de los puntos de vista, es quizas uno de sus mayores errores. Inexpresiva e incapaz de transmitir algún tipo de sentimiento, todos sus gestos son forzados, hasta el maquillaje, que debería colaborar en la construcción de algún estado, poco ayuda. Y así, todo se ve artificial, impostado, forzado, como los solemnes diálogos que recitan cuál puesta teatral. Un Peretti en piloto automático y Juan Minujin que apenas se salva. Ni hablar de aquellos que interpretan a los hermanos de la protagonista. En resumen, una película mal actuada. Con algunas decisiones narrativas que no colaboran con la estructura dramática, dudosas elipsis temporales que confunden y coartan el ritmo de la película.

Juan Minujin y Diego Peretti

La cámara, en permanente movimiento cansa, incluso su poca profundidad de campo hace que por momentos varios planos estén fuera de foco. Pero a quien le importa, total se ve en celular y ahí no se nota, pero veanla en un 50″ y lo van a apreciar. Y por último, Argentina no parece estar preparada para los efectos especiales digitales, ya lo vimos en Granizo, y aquí con una tormenta que parece salida de un filtro de Instagram, digo, para que mostrarlo hay infinidad de maneras de hacerlo de manera convincente y real.

Esperemos las producciones Argentinas levanten la puntería de una buena vez, apelando a la calidad narrativa, buscando un sello autoral desde la dirección. Que este momento no se transforme en una máquina d escupir chorizos.

Cómo comentario aparte, y entrando en terrenos de SPOILER, hay un nefasto mensaje sobre la violencia de género y el abuso. Ya que en la película el conflicto deviene de una situación tacita de abuso sufrida por su protagonista por parte del personaje de Peretti, para luego ser tratada como una persona desquiciada, loca, y ser la culpable de todo el sufrimiento. En estos tiempos es un mensaje que atrasa.

Pásenla lindo!

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